Relación histórica de Presidentes del Consejo de Ministros y del Gobierno


1875-1917

ARSENIO MARTÍNEZ CAMPOS ANTÓN

Militar y político español (Segovia, 1831-Zarautz, 1900). Sirvió a las órdenes del general Prim en la primera guerra de África y participó en la campaña de México (1862). En 1869 fue destinado a Cuba. Durante la Primera República fue gobernador militar de Barcelona. Se adhirió al golpe de Estado de Pavía (enero de 1874) y apoyó la causa alfonsina. Llevó a cabo el pronunciamiento militar de Sagunto que proclamó a Alfonso XII rey de España (diciembre de 1874). Su iniciativa fue respaldada por otras fuerzas militares, con lo cual se efectuó la restauración de la dinastía de los Borbones. La campaña política pacífica de Cánovas en favor de la Restauración quedó superada como consecuencia de su pronunciamiento. Alfonso XII le confió la jefatura de la campaña contra los carlistas en Cataluña y Navarra. Más tarde fue nombrado capitán general en Cuba, donde colaboró con Jovellar en la pacificación de la isla. Partidario de una política de tolerancia, facilitó la negociación con los rebeldes y logró el fin de la guerra con la paz de Zanjón (1878).

Por voluntad de Cánovas, fue designado presidente del gobierno conservador en marzo de 1879, aunque poco después se pasó a las filas liberales. Ocupó la cartera de la Guerra en el gobierno liberal de Sagasta (febrero de 1881), y se dice que recibió el encargo del rey de negociar el supuesto pacto de El Pardo (1885). Nombrado capitán general en Cataluña, sufrió un atentado del anarquista Pallás (1893). En 1895 fue enviado de nuevo a Cuba al reanudarse el movimiento insurreccional. Se negó a adoptar una política militar más represiva y, relevado por Cánovas, fue sustituido por el general Weyler. Poco después se retiró de la vida militar.

JOSÉ POSADA HERRERA

Político español (Llanes, 1815-1885). Diputado progresista, en 1843 contribuyó a la caída de Espartero. Cambió de filiación política, pasó a las filas de los moderados y fue uno de los más encarnizados acusadores de Olózaga. Fue ministro de la Gobernación en el gabinete Istúriz (1858) y con el gobierno posterior de O'Donnell, quien organizó unas elecciones (1858) especialmente corruptas: suspensiones de ayuntamientos, procesamientos de concejales, cambio de funcionarios, falsificación de actas y violencia sobre los electores. Posada Herrera pretendió justificar su conducta sosteniendo el derecho del Gobierno a ejercer su «influencia moral» sobre las elecciones.

En la larga etapa de gobierno de la Unión liberal (1858-1863) dirigió al equipo gobernante. Su inmovilismo y su corrupción prepararon, sin duda, el terreno para la caída de la monarquía. En octubre de 1883 presidió un gobierno integrado básicamente por miembros de la izquierda del partido fusionista de Sagasta. Fue derribado por el Congreso en enero de 1884 y dejó el paso libre a Cánovas.

 
MARCELO AZCÁRRAGA  PALMERO

Militar y estadista español (Manila, 1832-Madrid, 1915). Participó en el derrocamiento de Espartero en 1856. Al año siguiente fue destinado a la isla de Cuba y más tarde desempeñó el cargo de embajador en México. Partidario del alfonsismo, participó en la proclamación de Alfonso XII como rey de España. Miembro del Partido Conservador, ocupó diversos cargos políticos durante la Restauración. Fue nombrado ministro de Guerra en cinco ocasiones y ocupó esta cartera en los gobiernos presididos por Cánovas.

Desempeñó la presidencia del gobierno de transición, cargo en el que se mantuvo hasta el 4 de octubre de 1897. Volvió a ser nombrado ministro de Guerra en dos gabinetes sucesivos presididos por Silvela. Elegido de nuevo presidente del Gobierno el 23 de octubre de 1900, ocupó el cargo hasta febrero de 1901. Accedió por última vez a la presidencia del Gobierno por un breve periodo, de diciembre de 1904 a enero de 1905.

FRANCISCO SILVELA

Historiador, abogado y político español (Madrid, 1845-1905). Estudió derecho en la Universidad Central de Madrid e ingresó en la Academia de Jurisprudencia en 1862. Adscrito a la Unión Liberal, se inició en la política como diputado en las Cortes Constituyentes en 1870. Se adhirió entonces al grupo conservador liderado por Cánovas. Se mantuvo alejado de la política durante el reinado de Amadeo I.

Con la Restauración, fue nombrado ministro de Gobernación en el gabinete de Martínez Campos (marzo de 1879) e introdujo reformas en el sistema de beneficencia que suscitaron la oposición de R. Robledo. Destacó por su disidencia en el seno del conservadurismo de la Restauración, movimiento dentro del cual defendía un régimen político parlamentario constitucional. Discrepó con Cánovas al rechazar el sistema de turno político basado en el caciquismo y el fraude electoral. Rechazó el sistema político canovista como decadente y sin moralidad. Cuando se produjo la ruptura entre Robledo y Cánovas a raíz del establecimiento del pacto de turno político con el líder liberal Sagasta (1881), Silvela se convirtió en el lugarteniente del líder conservador.

Fue ministro de Gobernación en el gabinete de Cánovas en 1890, pero ante la reconciliación entre Robledo y el líder conservador, prefirió dimitir que tolerar su presencia en el gabinete (1891). Entre 1894 y 1898 estableció el programa disidente del nuevo conservadurismo. Se fundamentó en una reforma total del gobierno municipal como base para la creación de una moralidad política que impidiera el funcionamiento del caciquismo y la utilización de la política local para fines electoralistas. Se erigió en representante de la superioridad moral, entendida como reforma política, de las clases privilegiadas. Pretendió realizar un proyecto regeneracionista desde arriba.

En 1897 exigió a la reina la destitución de Cánovas para dar una oportunidad a su proyecto de conservadurismo. Tras el desastre de 1898, fue designado presidente de un ministerio de regeneración nacional con Polavieja, Villaverde, Marqués de Pidal, Gómez Imaz, Dato y Durán y Bas (marzo de 1899). Durante su gobierno se produjeron una serie de crisis políticas. También se desató una amplia conflictividad social impulsada por el movimiento obrero.

Silvela presentó su dimisión con el pretexto del nombramiento de Weyler como capitán general de Madrid. En 1902, en el gabinete conjunto con Maura, formó gobierno otra vez con Villaverde en la cartera de Hacienda. Se reguló entonces la creación del Instituto de Reformas Sociales y se presentó por vez primera la ley de bases de reforma de la administración local. La dimisión del ministro de Hacienda, junto con la agitación obrera y estudiantil, le obligaron a dimitir y se retiró de la política. Como historiador es autor de Cartas de la venerable Sor María de Ágreda y el señor rey don Felipe IV (1885). También colaboró con asiduidad en la prensa de la época.

RAIMUNDO FERNÁNDEZ VILLAVERDE

Político español (Madrid, 1848-1905). De tendencia conservadora, fue elegido diputado a Cortes en el año 1872 por Caldas de Reis. Desempeñó los cargos de subsecretario de Hacienda (1880-1881) y gobernador civil de Madrid (1884), y ocupó carteras ministeriales en los gobiernos conservadores de Cánovas del Castillo (como ministro de Gobernación en los gabinetes de enero de 1884 y noviembre de 1891, y de Gracia y Justicia en el gabinete de julio de 1890).

Al producirse la crisis política entre los líderes conservadores Cánovas del Castillo y Silvela, a raíz de la revisión de la gestión del alcalde de Madrid Alberto Bosch y Fustegueras, optó por apoyar al segundo. En el año 1899 fue nombrado ministro de Hacienda y tuvo un papel destacado en la liquidación del Ministerio de Ultramar tras la pérdida de las colonias españolas. Su proyecto de Ley de Presupuestos para 1899-1900 pretendió que el Gobierno se hiciera cargo de las deudas coloniales, que suspendiera la amortización de la deuda pública y que realizara una reforma tributaria que contemplara el establecimiento de la contribución de utilidades. El proyecto provocó una enconada oposición por parte de la burguesía española y motivó disturbios populares en diversas ciudades. Su política presupuestaria se liquidó de forma satisfactoria con un periodo de superávit y logró así sanear la situación de la economía española. Volvió a ocupar la cartera de Hacienda en 1902. Ejerció como presidente de gobierno entre los meses de julio y diciembre de 1903. Cuando dos años más tarde quiso nuevamente ocupar el cargo, fue derrotado.

ANTONIO MAURA Y MONTANER

Abogado y político español (Palma de Mallorca, 1853-Torrelodones, 1925). Protagonista de una destacada y controvertida carrera política, en la primera etapa de su trayectoria siguió los postulados del liberalismo, dentro de la corriente disidente encabezada por su cuñado Guzmán Gamazo. Identificado con el regeneracionismo y la necesidad de efectuar una reforma del sistema político de la Restauración, sus primeras intervenciones públicas tuvieron como marco la disidencia liberal y la crítica de la política conservadora.

Designado ministro de Ultramar en el gobierno liberal de Sagasta en diciembre de 1893, pretendió desarrollar un proyecto de autonomía para Cuba y Puerto Rico como medio de neutralizar pacíficamente al movimiento independentista, pero la oposición de los conservadores y de un amplio sector de los mismos liberales hizo fracasar el proyecto y forzó su alejamiento temporal del primer plano de la vida política, hasta que en 1895 se hizo cargo del Ministerio de Gracia y Justicia en el gobierno de Sagasta.

La crisis de 1898 representó un punto de inflexión en su trayectoria personal y política, y el germen de una de las claves de su ideario: la necesidad de fortalecer la presencia del pueblo en la vida política.

La erradicación del caciquismo y de los abusos de la oligarquía figuraron como objetivos prioritarios de su proyecto de dignificación de la política española. Sus propuestas regeneracionistas se acercaron en gran medida al programa disidente del nuevo conservadurismo de Francisco Silvela. Al centrar su interés en el funcionamiento político de la monarquía, con los límites presentes en las bases legales del régimen establecido, su proyecto resultó compatible con la alternativa de saneamiento político propuesta por los conservadores.

Tras el fallecimiento de Guzmán Gamazo en 1901, Maura asumió la dirección de su grupo liberal disidente, hasta que en 1902 se produjo un acuerdo con Silvela para su ingreso en el Partido Conservador. De este modo, Maura se convirtió en la figura clave de la política española de las primeras décadas del siglo XX.

En 1902 se formó el gobierno conjunto Silvela-Maura, que presentó por vez primera a las Cortes la ley de Bases de Reforma de la Administración Local. Encargado de organizar las elecciones de 1903, puso en práctica su proyecto de saneamiento de la política española y de movilización política del país. Con la excepción de las principales ciudades, donde triunfaron candidaturas republicanas, no logró impedir la manipulación de los resultados electorales en el resto de España.

La dimisión de Silvela como jefe de Gobierno agigantó aún más la figura política de Maura, aclamado a partir de entonces como líder del Partido Conservador. Fue llamado a presidir el gobierno en 1903 y 1904, e intentó poner en marcha su política de reformas, pero las intromisiones del rey Alfonso XIII motivaron su dimisión. Encargado de nuevo de la jefatura del gabinete desde 1907 hasta 1909, llevó a cabo un amplio programa de reformas legislativas. Su gobierno impulsó también medidas en el ámbito social, con la creación de instituciones de asistencia a los más desfavorecidos, pero su intransigencia en el mantenimiento del orden público, que le llevó a reprimir con dureza los acontecimientos de la Semana Trágica de 1909 en Barcelona, minaron su prestigio dentro y fuera de España. Perdió entonces la confianza del rey Alfonso XIII y tuvo que dimitir.

Cuando fue llamado de nuevo para asumir la jefatura del Gobierno, impuso condiciones para su regreso. Maura siguió manteniendo un cierto peso en la vida pública, y aún sería llamado en otras ocasiones a ejercer la presidencia del Gobierno entre 1918 y 1919 y de 1921 a 1922, en este segunda ocasión al frente de un gabinete de concentración formado tras el desastre de Annual. Finalmente se mantuvo al margen durante la dictadura de Primo de Rivera, dedicado a redactar sus memorias.

 
EUGENIO MONTERO RÍOS

Político y jurista español (Santiago de Compostela, 1832-Madrid, 1914). Catedrático por la Universidad de Oviedo (1859) y Santiago de Compostela (1860), se trasladó a Madrid a cargo de la cátedra de derecho canónico en la Universidad Central (1864). Miembro del Partido Progresista, fundó el periódico La Opinión Pública. Con el triunfo de la Revolución de 1868, resultó elegido diputado por Pontevedra. Fue designado ministro de Gracia y Justicia en el gobierno Prim (1870). Durante su gestión, introdujo la ley de registro civil y del matrimonio civil.

Durante el reinado de Amadeo I fue nombrado en dos ocasiones ministro de Gracia y Justicia (1871 y 1872). Partidario de la separación de la Iglesia y el Estado, promovió medidas legislativas en este sentido y redactó la carta de renuncia de Amadeo I. Contribuyó a la creación de la Institución Libre de Enseñanza, de la cual fue nombrado rector (1877-1878).

Durante la Restauración osciló entre el republicanismo y el liberalismo. Intervino en la fundación del Partido Republicano Democrático de Martos (1873) y en el de la Izquierda Dinástica (1881). Incapaz de desarrollar un partido liberal capaz de desplazar a Sagasta, se adhirió a su causa. Fue ministro de Fomento (1885) y de Gracia y Justicia (1892) en los gabinetes de Sagasta.

Con la crisis del Partido Liberal por las luchas por la sucesión de Sagasta, muerto en 1903, le sucedió de forma provisional. Con la escisión del partido, encabezó, con Canalejas y Vega de Armijo, la fracción más radical, opuesta al centrismo de Moret. Fue llamado a presidir el Gobierno en junio de 1905. Frente a la crisis provocada por el incidente del semanario satírico catalán Cu-Cut!, adoptó la decisión de castigar a los militares. La oposición del monarca a esta medida motivó su dimisión.

SEGISMUNDO MORET PRENDERGAST

Economista, jurista y político español (Cádiz, 1838-Madrid, 1913). Estudió derecho en la Universidad Central de Madrid y obtuvo la cátedra de hacienda pública en la misma universidad. Dirigente liberal y defensor del librecambismo, destacó por sus escritos sobre temas económicos y de hacienda. Resultó elegido diputado independiente por Almadén en 1863. Con el triunfo de la Revolución de septiembre (1868), se adhirió al nuevo régimen. Fue elegido diputado por Ciudad Real en las elecciones a Cortes constituyentes (enero de 1869) donde triunfaron los partidos de la coalición de unionistas, progresistas y demócratas. Tomó parte activa en la redacción del nuevo texto constitucional (junio de 1869) que consagró las libertades democráticas. Durante la etapa de interinidad monárquica, ocupó la cartera de Ultramar en el gobierno de Prim. Desde este cargo, procedió a la abolición de la esclavitud en Puerto Rico. Poco después fue nombrado ministro de Hacienda en el gabinete de Prim (1869) y luego en el gobierno de Topete (1870). Tuvo que dimitir al poco tiempo a causa de ciertas irregularidades de gestión en dos concesiones de tabaco. Al cesar en el Ministerio, ocupó la embajada de España en Londres.

Tras la Restauración, regresó a España (1875) y creó el Partido Democrático Monárquico, que se fundió luego con la Izquierda Dinástica. Posteriormente ingresó en el Partido Fusionista Liberal de Sagasta. Moret defendió que el capitalismo debía ser libre para actuar de forma autónoma. Como ministro de Gobernación, creó la Comisión de Reformas Sociales en 1883. Durante la Restauración desempeñó carteras ministeriales en diversas ocasiones. Fue ministro de Gobernación en el gabinete de Posada Herrera (1883) y colaborador asiduo en los gobiernos de Sagasta entre 1886 y 1888. Desempeñó las carteras de Estado (1886-1888), Gobernación (1888) y Fomento (1892), y estuvo al frente del Ministerio de Ultramar durante la crisis de Cuba (1897-1898). Se ocupó de nuevo de las carteras de Gobernación en los últimos gabinetes de Sagasta (1901, 1902).

En 1905 se le encargó por fin la presidencia de un gobierno tras la dimisión de Montero Ríos. Moret adoptó entonces la política de respaldar a los militares y aprobó la Ley de Jurisdicciones. Asimismo, prestó apoyo bajo mano a Lerroux, con la intención de desviar las masas obreras de Barcelona del catalanismo. Estas decisiones motivaron el rechazo de todos los sectores políticos catalanes. El atentado de Morral contra Alfonso XIII (mayo de 1906) le obligó a dimitir. Trató de volver al poder en 1906 al provocar «la crisis del papelito», pero fue impedida la continuidad de su gobierno por el Congreso, que le sometió a un voto de censura. Tras la caída de Maura, llegó por última vez a la jefatura del Gobierno (1909), pero los miembros de su propio partido le vetaron y le obligaron a retirarse de la política.

JOSÉ LÓPEZ DOMÍNGUEZ

Militar y político español (Marbella, 1829-Madrid, 1911). Como teniente de artillería, tomó parte en la Revolución de 1854. Asistió como observador en la guerra de Crimea y en la campaña de Italia. Afiliado al partido de la Unión Liberal, fue elegido diputado a Cortes. Colaboró con su tío, el general Serrano, en la Revolución de 1868. Constituido el gobierno provisional, fue nombrado subsecretario de la presidencia, y luego secretario de la regencia. En 1871 ascendió a mariscal de campo y fue nombrado ayudante de Amadeo I. Como jefe de Estado Mayor del ejército gubernamental en las Vascongadas, desempeñó un papel decisivo en la III guerra carlista y en la liberación de Bilbao. Dirigió, con éxito, el sitio del cantón de Cartagena (1873). En 1874 fue nombrado capitán general de Cataluña.

Con la Restauración, inicialmente quedó apartado de la política, pero más tarde formó parte del grupo de la izquierda dinástica. Fue nombrado ministro de Guerra en los gobiernos liberales de Posada Herrera (octubre de 1883-enero de 1884) y de Sagasta (diciembre de 1892-marzo de 1895). Con la muerte de Sagasta se aproximó a Canalejas, quien le apadrinó como jefe de Gobierno en julio de 1905, cargo que tuvo que abandonar a los cinco meses, por una maniobra política de Moret en la crisis del 27 de noviembre de 1905.

ANTONIO AGUILAR Y CORREA

Político español (Madrid, 1824-1908). Marqués de la Vega de Armijo. Fue diputado, gobernador y ministro de Fomento y Gobernación por la Unión Liberal antes de la revolución de 1868. En 1874 fue nombrado embajador en Francia y posteriormente ministro de Estado, presidente del Congreso y del Consejo de Ministros tras la coronación de Alfonso XII.

JOSÉ CANALEJAS MÉNDEZ

Político español (El Ferrol, 1854-Madrid, 1912). Licenciado en derecho y periodista, inició su carrera política en las filas del republicanismo, corriente que abandonó para afiliarse al Partido Liberal, formación por la que resultó elegido diputado en las Cortes en diversas ocasiones. Fue designado ministro de Fomento en el gobierno liberal de Sagasta (1888), ministro de Gracia y Justicia en el gobierno siguiente (1888) y, de nuevo en el gobierno de Sagasta, ministro de Hacienda (1894).

En 1897 se enfrentó a la política de Sagasta sobre la isla de Cuba. Partidario de un ejército fuerte, patrocinó una política extranjera que defendiera los intereses coloniales españoles. Al romper con el Partido Liberal, elaboró su propio programa político. Influido por el krausismo, fue partidario de la intervención del Estado en asuntos de justicia social. Se interesó por la suerte del campesinado pobre y propugnó la ampliación de la noción legal de expropiación por utilidad pública a la de utilidad social como base para el desarrollo de una reforma agraria en España.

Aceptó volver a formar parte del gobierno de Sagasta como ministro de Agricultura en 1902. Tras la pérdida de confianza de Alfonso XIII en el líder conservador A. Maura, a raíz de los sucesos de la Semana Trágica (1909), fue designado primer ministro en 1910, cargo desde el que intentó llevar a la práctica su programa político. Estableció la libertad de la práctica religiosa en público y suspendió las relaciones diplomáticas con el Vaticano. Aprobó la ley del Candado para frenar la implantación de órdenes y sociedades católicas en el país, derogó el impuesto de Consumos y lo sustituyó por impuestos que gravaban a las rentas más altas y estableció el servicio militar obligatorio para todos los españoles. Estas reformas le valieron el rechazo de las fuerzas conservadoras, y tampoco le otorgaron el apoyo de republicanos y socialistas, que consideraron las medidas adoptadas de escasa eficacia.

El periodo final de su gobierno coincidió con la intensificación de los conflictos sociales y con una importante huelga ferroviaria en 1912 que logró frenar con la amenaza de militarización del personal ferroviario. El 12 de noviembre de 1912 cayó mortalmente herido, víctima de un atentado perpetrado por M. Pardiñas, que le disparó al no poder llegar a su objetivo, el rey Alfonso XIII.

MANUEL GARCÍA PRIETO

Político español (Astorga, 1859-San Sebastián, 1938). Ocupó la cartera de Gobernación en 1906. En el gobierno Moret se encargó del Ministerio de Gracia y Justicia. Fue ministro de Fomento en el gobierno López Domínguez, en 1908, y ministro de Estado en el gobierno Canalejas, en 1910. En este periodo gestionó sendos acuerdos con Francia y Marruecos para la pacificación de la zona, por lo que, en 1911, fue recompensado con el título de primer marqués de Alhucemas y, en 1913, con el de grande de España. Tras la muerte, en noviembre de 1912, del cabeza de filas de su partido, José Canalejas, ocupó la presidencia del Gobierno interinamente, pero su oponente en la dirección del partido, el conde de Romanones, le negó su apoyo. Se llegó así a una escisión del Partido Liberal, con García Prieto como cabeza de una de sus facciones, que adoptó la denominación de Partido Liberal Democrático.

Accedió a la presidencia del Gobierno tras la caída del segundo gobierno Romanones, pero sólo de abril a junio de 1917, debido a la crisis provocada por las reivindicaciones de las juntas militares de defensa. Nuevamente presidió el Gobierno entre noviembre de 1917 y marzo de 1918, en un llamado gobierno de concentración nacional en el que figuraba La Cierva como representante de las juntas militares. Esta vez fue desalojado del poder por la crisis provocada por las juntas de empleados de correos y telégrafos, y pasó a desempeñar la cartera de Gobernación en el llamado gobierno nacional presidido por Maura. Volvió a ocupar la presidencia del Gobierno en 1918 y 1923, una etapa que se caracterizó por el problema del pistolerismo en Cataluña y por la errónea dirección de la guerra de Marruecos, que culminó en el desastre de Annual. Destituido por Primo de Rivera tras el golpe de Estado de septiembre de 1923, se alejó de la actividad política hasta la caída del dictador. En 1931 fue nombrado ministro de Gracia y Justicia del gobierno de Aznar, el último de la monarquía antes del advenimiento de la Segunda República.

ÁLVARO DE FIGUEROA Y TORRES

Conde de Romanones. Político español (Madrid, 1863-1950). Hijo de una familia terrateniente enriquecida con la industria minera, se licenció en derecho en la Universidad Central de Madrid (1884) y se doctoró en la Universidad de Bolonia. Inició su carrera política con su ingreso en el Partido Liberal (PL). Fue elegido concejal del Ayuntamiento de Madrid (1890) y, casi simultáneamente, diputado por Guadalajara (desde 1888). Fue alcalde de Madrid (1894-1895 y 1897-1899) y ministro de Instrucción Pública (1901-1902). Aunque partidario de P. M. Sagasta, decidió constituir su propia corriente política dentro del partido, a la que dotó del órgano de expresión Diario Universal (1903), que le serviría como medio para influir en la opinión pública. Con los gobiernos liberales de 1905-1906 fue ministro de Fomento, de Gracia y Justicia y de Gobernación. Contribuyó a la ascensión de J. Canalejas a la jefatura del PL, y como recompensa fue nombrado ministro de Instrucción Pública (1909) y, más tarde, promovido a la presidencia del Congreso (1912).

Después del asesinato de Canalejas, y convertido en jefe indiscutible de una de las principales facciones del PL, fue encargado de formar Gobierno (1912-1913), y negoció con Francia el tratado de soberanía sobre Marruecos (1912). Su actitud francófila durante la Primera Guerra Mundial chocó con la declaración de neutralidad del gobierno de E. Dato y con las actitudes germanófilas de los conservadores. Al presidir un nuevo gobierno (1915-1917), dio un giro a la política exterior, decantándose por los aliados y enfrentándose a Alemania a raíz del incidente en el que buques españoles fueron torpedeados por submarinos alemanes, pero, incapaz de resolver los problemas sociales internos de España, y atacado por la prensa conservadora favorable a Alemania, acabó por presentar su dimisión.

Poco después volvió a participar en el gobierno de concentración nacional de A. Maura como ministro de Instrucción y de Justicia, y en el gobierno de García Prieto como ministro de Estado (1918), e incluso fue encargado nuevamente de formar un efímero gobierno (1918), derribado por la agitación autonomista en Cataluña y por los conflictos obreros. Ministro de Gracia y Justicia (1922-1923) en el gobierno de concentración liberal de García Prieto, tras el golpe de Estado de Primo de Rivera (1923) abandonó la política activa. Caída la dictadura de Primo de Rivera (1930), aconsejó la formación del gobierno de J. B. Aznar, en el que se integró como ministro de Estado, pero las elecciones de 1931 demostraron que la opción monárquica estaba agotada, y a la vista de los resultados, favorables a la República, aconsejó al rey Alfonso XIII que abandonara España. Romanones intervino personalmente en las negociaciones con N. Alcalá Zamora y con el comité revolucionario, que darían paso a un cambio pacífico del c régimen. Durante la Segunda República española mantuvo su escaño en las Cortes, pero su peso político fue insignificante, y se limitó a intervenir para defender la figura del rey Alfonso XIII en el exilio. 

Miembro de la Real Academia de la Historia, fue también presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Escribió diversas obras políticas e históricas, como Notas de una vida, Las responsabilidades del antiguo régimen, El régimen parlamentario y los gobiernos de gabinete.

EDUARDO DATO IRADIER

Político y jurisconsulto español (La Coruña, 1856-Madrid, 1921). Abogado de prestigio, ingresó en las filas del Partido Conservador, por el que fue elegido diputado en 1883. Como subsecretario del Ministerio de Gobernación (1892), denunció las irregularidades en el Ayuntamiento de Madrid y se unió al bando opositor encabezado por F. Silvela. A la muerte de A. Cánovas, fue designado ministro de Gobernación en el gobierno de regeneración nacional de Silvela (1899). Desempeñó la cartera de Gracia y Justicia (1902) en el gobierno de A. Maura-Silvela y, tras ocupar durante un breve tiempo la alcaldía de Madrid, fue instituido presidente de las Cortes (1907-1909). Escindido el Partido Conservador en mauristas y datistas o idóneos, accedió a la presidencia del Gobierno (1913-1915), cargo desde el que aprobó el decreto de organización de la Mancomunidad catalana, que puso fin a un largo contencioso con la Liga Regionalista, y afianzó la neutralidad española en la Primera Guerra Mundial. Volvió al poder en 1917, en una coyuntura marcada por la agitación política y social, que intentó estabilizar mediante la disolución del Parlamento y la legalización de las juntas militares. En 1918 fue encargado de la cartera de Estado en el gobierno nacional de Maura y presidió, por última vez, el gobierno en 1920. Ante la situación de conflictividad social vivida en Barcelona, donde estaban enfrentadas la patronal y las organizaciones sindicales, refrendó su política represiva, postura que le convirtió en blanco del terrorismo. Falleció a consecuencia de un atentado en Madrid.

Fuente: Enciclopedia "Gran Espasa Universal" y "Gran Enciclopedia de España-Valatenea S.L."

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