Tenso encuentro entre Kirchner y el jefe del FMI

El presidente de Argentina, Néstor Kirchner, (izq.) y el director general del FMI, Rodrigo Rato, en el encuentro que sostuvieron en la Casa Rosada.

1 de septiembre, 2004

BUENOS AIRES (Reuters) - Era un encuentro personal que los analistas esperaban generara buena química y mejorara la deteriorada relación entre el jefe del FMI, el español Rodrigo Rato, y el presidente argentino, Néstor Kirchner.

Pero al final de una tensa jornada con protestas por la visita de Rato y decenas de detenidos, Kirchner respondió que "ni lo sueñe" a la petición de Rato para que Argentina haga un mayor esfuerzo fiscal que le permita mejorar la oferta de pago a los acreedores de su deuda pública.

Rato dijo que tomaría en cuenta la petición de Argentina para demorar algunos pagos al organismo por 1.000 millones de dólares que vencen en lo que resta del año.

Pero en una conferencia de prensa luego de su reunión con Kirchner en el Palacio del Gobierno, Rato puso el dedo en la llaga al decir que el país, ahora en un período de bonanza fiscal tras la dura crisis económica del 2002, "debe producir un incremento en la capacidad de ahorro del sector público".

El director gerente del FMI, que mantiene un programa crediticio con Argentina desde septiembre, busca que el país se comprometa a alcanzar el próximo año un superávit fiscal en su prespuesto primario por encima del 3,0 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) pactado para este año.

Con un mayor nivel de ahorro, Argentina contaría con más fondos para poder mejorar la oferta de reestructuración de su incumplida deuda pública, de 100.000 millones de dólares.

La propuesta actual, que implica que los tenedores de bonos recuperarían 40 centavos por cada dólar de deuda, ha sido rechazada por los cientos de miles de acreedores del país, y es un punto de gran discordia entre el FMI y Argentina.

Argentina debe alcanzar un pacto "amplio y estable" con sus acreedores, dijo Rato durante su visita de casi un día Argentina, antes de seguir por la tarde hacia Uruguay.

La respuesta no se demoró. Una fuente del gobierno argentino presente en la reunión entre Kirchner y Rato dijo a periodistas que ésta fue "tensa" y relató que el mandatario argentino le dijo a Rato que "ni sueñe" con un mayor superávit en el 2005.

Kirchner insiste que comprometerse a un superávit primario mayor al 3,0 por ciento del PIB pondría en riesgo la recuperación de la economía, que crece al 8,4 por ciento anual, pero aún carga con la mochila de 46 por ciento de la población en la pobreza.

En contra de la estrategia de Kirchner está el hecho de que Argentina logró este año en sólo cinco meses la pauta de ahorro fiscal que había comprometido para todo el año con el FMI, aunque el nivel podría reducirse si el gobierno emprende más gastos en los próximos meses.

La fuente del gobierno aseguró que Kirchner le confirmó a Rato en la reunión que no mejorará la oferta a los acreedores y que le dijo que no entendía por qué el FMI "defiende a los acreedores del país".

Entre protestas

La fugaz visita de Rato a Buenos Aires se enmarcó en una ola de violentas protestas, que generaron choques entre desocupados y militantes radicalizados de izquierda con la policía a las puertas de la Casa de Gobierno y del Ministerio de Economía, donde trabajaba el funcionario del FMI.

Según medios locales, hubo casi 100 detenidos, una cifra no confirmada por la policía.

Durante la mañana cientos de "piqueteros" llegaron al palacio presidencial y se mezclaron con otras agrupaciones para cargar contra los edificios públicos ante los que incendiaron neumáticos y tiraron explosivos.

Con los primeros pisos del Palacio de Hacienda inundados de humo, la policía sacó vehículos hidrantes a las calles, comenzó a disparar gases lacrimógenos y a detener manifestantes hasta controlar la situación al mediodía.

En la madrugada, desconocidos habían hecho explotar una bomba lanza panfletos en las puertas de una sucursal del BBVA Banco Francés, controlado por el Banco Biblao Vizcaya Argentaria (BBVA.MC), según mostró la televisión local.

Los panfletos decían "Fuera Rato de Argentina, no al pago de la deuda externa".

En suspenso

El acuerdo a tres años firmado en septiembre pasado entre Argentina y el FMI dejó los casilleros abiertos en materia de superávit fiscal primario para el 2005 y el 2006, que debían definirse el próximo mes.

Sin embargo, estos quedaron en suspenso después de que la demora del FMI para aprobar la tercera revisión del acuerdo con el país llevara al gobierno a suspender las negociaciones, con lo que evitaría que el FMI pudiera presionar en la negociación con los acreedores. Rato dijo el martes que está de acuerdo en retomar las discusiones una vez concluida la reestructuración.

"Los argentinos no desean que el Fondo los esté presionando enérgicamente por las metas para el año que viene, especialmente las fiscales, porque quieren intentar negociar con los acreedores, y eso será más complicado si el Fondo está diciendo que el país puede esforzarse más", dijo Michael Mussa, ex economista jefe del FMI.

Argentina debe presentar en septiembre al Congreso el proyecto de presupuesto para el 2005, donde fijará su estimación de superávit fiscal primario.

El FMI estará mirando atentamente ese proyecto. Rato dijo que decidirá si eleva al directorio el pedido de Argentina para demorar pagos al organismo por 1.000 millones de dólares, que vencen en lo que resta del año.

"Eso (el pedido de prórroga) es algo que el gobierno argentino ha planteado (...) y nosotros vamos a estudiar en el marco de las decisiones que se tomarán en la política económica argentina en los próximos días", dijo Rato.

Los mercados reaccionaron con cautela. Las acciones líderes cayeron 1,08 por ciento y el peso estuvo estable.

"La baja del mercado está mostrando que no conformaron las declaciones de Rato. Hay algo que el mercado ve que no cierra, sobre todo porque Argentina cumple (con las metas pactadas) y el FMI pide más superávit", dijo Guido Macchi, de Macchi Sociedad de Bolsa.

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