For Immediate Release
Office of the Press Secretary
1 de noviembre de 2005
Declaraciones Del Presidente Sobre La Estrategia Nacional Del Poder Ejecutivo De Preparación Y Respuesta A La Pandemia De La Influenza
William Natcher Center
National Institutes of Health
Bethesda, Maryland
10:04 A.M. EST
EL PRESIDENTE: Gracias a todos. Michael, muchísimas gracias por su
presentación. Y gracias por la cálida recepción aquí en el National
Institute of Health. Es un gusto estar aquí nuevamente.
Durante más de un siglo, el NIH ha estado a la vanguardia de los esfuerzos
de este país para prevenir, detectar y tratar enfermedades y agradezco la
buena labor que realizan aquí. Esta es una instalación importante, un
complejo importante, y la gente que trabaja aquí es realmente importante
para la seguridad de esta nación. Los científicos que han sido respaldados
por las personas que trabajan aquí han desarrollado y mejorado vacunas para
la meningitis y la tos convulsiva, el sarampión y las paperas, la rubéola y
la varicela y otras enfermedades infecciosas. Debido a los avances
revolucionarios en la medicina estrenados con la ayuda del NIH, los
estadounidenses ya no les tienen miedo a estas temidas enfermedades: se han
salvado muchas vidas.
En este momento, los hombres y mujeres del NIH se dedican a proteger al
pueblo estadounidense de otro peligro: el riesgo de la gripe aviar y
pandémica. Hoy, he venido a hablar sobre los esfuerzos de nuestra nación
para abordar este asunto vital para la salud y seguridad de todos los
estadounidenses. Estoy aquí para hablar sobre nuestra estrategia para
evitar la posibilidad de una epidemia y proteger al pueblo estadounidense
de ella.
Les agradezco a los miembros de mi gabinete que están aquí. Lo que es más
importante aun, agradezco el arduo trabajo que han realizado en torno a
este asunto. La secretaria Rice, el secretario Johanns, el secretario
Mineta, el secretario Nicholson, el secretario Chertoff. Agradezco el hecho
que el doctor J.W. Lee, director general de la Organización Mundial de la
Salud, nos acompañe. Dr. Lee, gracias por estar aquí.
Deseo hacer mención del doctor David Nabarro, el coordinador principal del
sistema de las Naciones Unidas para la gripe aviar y humana. Gracias por
estar aquí. Esta es. están a punto de oírme hablar sobre el alcance
internacional de la respuesta y detección necesaria para proteger no sólo a
nuestra propia gente, sino a las personas en todo el mundo. Y el hecho que
estos dos caballeros estén aquí es un indicio importante.
Quiero darle las gracias al doctor Elias Zerhouni, director del NIH, que
realiza una gran labor. Deseo agradecerle a Julie Gerberding, directora del
Centers for Disease Control and Prevention. Le agradezco al doctor Rich
Carmona, director general de sanidad de los Estados Unidos. El doctor Tony
Fauci, director del National Institute of Allergy and Infectious Diseases.
Deseo agradecer al doctor Bruce Gellin, director de la National Vaccine
Program Office. Quiero darle las gracias al doctor Andy von Eschenbach,
director adjunto de la FDA y director del National Cancer Institute.
Les agradezco a todos los miembros de la comunidad médica que nos acompañan
hoy. Quiero darles las gracias a los funcionarios estatales y locales que
están presentes. Deseo agradecerles en particular a los senadores Specter y
Kennedy por asistir, como también a los congresistas Linder, Burgess y
Price. Agradezco que todos se hayan dado el tiempo para estar aquí.
La mayoría de los estadounidenses conocen la influenza como una enfermedad
respiratoria que hace que cientos de miles de personas se enfermen todos
los años. Este otoño, al acercarse la temporada de la gripe, millones de
nuestros conciudadanos nuevamente van al médico para su vacuna anual contra
la gripe. Ya me pusieron la mía. Para la mayoría, simplemente es una medida
de precaución para evitar una fiebre o el dolor de garganta o de los
músculos que conlleva la influenza. La gripe estacional es sumamente
peligrosa para algunos: las personas con sistemas inmunes debilitados por
la edad o enfermedad. Pero generalmente no pone en peligro la vida de la
mayoría de las personas saludables.
La influenza pandémica es otra cuestión. La influenza pandémica sucede
cuando surge una nueva cepa de la gripe que puede ser transmitida
fácilmente de una persona a otra, y para la cual existe poca inmunidad
natural, si alguna. A diferencia de la gripe estacional, la mayoría de las
personas no se han vuelto resistentes a ella. Y a diferencia de la gripe
estacional, puede matar a las personas jóvenes y saludables, como también a
los que están débiles y enfermos.
En este momento, no existe una pandemia de la influenza en los Estados
Unidos ni el mundo. Pero si nos guiamos por la historia, existe motivo de
preocupación. En el siglo pasado, nuestro país y el mundo han sido azotados
por tres pandemias de influenza. y virus de aves contribuyeron a ellos. La
primera, que azotó en 1918, mató a más de medio millón de estadounidenses y
más de 20 millones de personas en el mundo. Un tercio de la población de
los Estados Unidos estaba infectada, y la esperanza de vida en nuestro país
se redujo en 13 años. La pandemia de 1918 fue seguida por pandemias en 1957
y 1968 que mataron a decenas de miles de estadounidenses, y a millones en
todo el mundo.
Hace tres años, el mundo pudo echarle un vistazo a la alteración que puede
causar una pandemia de influenza, cuando un virus previamente desconocido
llamado SRAS apareció en China rural. Cuando un médico infectado portó el
virus fuera de China, se propagó a Vietnam y Singapur y Canadá en cuestión
de un mes. Al poco tiempo, el virus de SRAS se había diseminado a casi 30
países seis continentes. Infectó a más de 8,000 personas y mató a casi 800.
Una anciana llegó el virus de Hong Kong a Toronto, donde lo propagó
rápidamente a su hijo y luego a otros. Al fin de cuentas, cuatro otros
llegaron con el virus y cientos de canadienses se enfermaron con SRAS, y
varias docenas fallecieron.
Según un cálculo, el brote de SRAS le costó aproximadamente $40,000 a la
región del Pacífico de Asia. Las aerolíneas fueron afectadas en particular,
ya que los viajes a Asia disminuyeron 45 por ciento en el año posterior al
brote. Todo esto fue causado por un brote limitado de un virus que infectó
a miles y duró aproximadamente seis meses. Una pandemia mundial de
influenza que infecte a millones y dure de uno a tres años podría ser mucho
peor.
Los científicos y médicos no nos pueden decir dónde ni cuando azotará la
próxima pandemia, ni cuán severa será, pero la mayoría concuerdan: en algún
momento, es probable que enfrentemos otra pandemia. Y en la comunidad de
científicos existe cada vez más preocupación sobre un nuevo virus de
influenza conocido como H5N1 -o la gripe aviar- que ahora se disemina en
las poblaciones de aves en todo Asia, y recientemente ha llegado a Europa.
Esta nueva cepa de influenza ha infectado a aves domésticas como patos y
pollos, como también a aves migratorias que vuelan lejos. En 1997, el
primer brote registrado entre las personas tuvo lugar en Hong Kong, donde
18 personas fueron infectadas y seis murieron de la enfermedad. Los
funcionarios de salud pública en la región tomaron medidas enérgicas y
contuvieron exitosamente la diseminación del virus. La gripe aviar se
presentó nuevamente a fines de 2003, y ha infectado a más de 120 personas
en Tailandia, Cambodia, Vietnam e Indonesia, y causado la muerte de más de
60: esa es una tasa de mortandad de aproximadamente 50 por ciento.
En este momento no tenemos pruebas de que una pandemia sea inminente. La
mayoría de las personas del sudeste de Asia que se enfermaron estaban en
contacto con aves infectadas. Y aunque el virus de la gripe aviar ha pasado
de Asia a Europa, no hay informes de aves, animales o personas infectadas
en los Estados Unidos. Incluso si el virus se llegara a presentar en algún
momento en nuestras orillas en aves, eso no significa que las personas en
nuestro país se infectarán. La gripe aviar es una enfermedad animal
principalmente. Y hasta ahora, a no ser que las personas estén en contacto
directo y sostenido con aves infectadas, no es probable que les dé la gripe
aviar.
Aunque la gripe aviar aún no ha logrado diseminarse fácilmente de persona a
persona, existe motivo para estar alerta. El virus ha desarrollado algunas
características necesarias para causar una pandemia: ha demostrado la
capacidad de infectar a seres humanos y ha producido enfermedades mortales
entre seres humanas. Si el virus desarrollase la habilidad de ser
transmitido sostenidamente de persona a persona, podría diseminarse
rápidamente en todo el mundo.
Nuestro país ha sido advertido de este peligro a nuestro territorio, y es
hora de prepararse. Es mi responsabilidad como Presidente tomar medidas
ahora para proteger al pueblo estadounidense de la posibilidad de que
suceda la transmisión de persona a persona. Entonces, hace varios meses,
ordené a los departamentos y dependencias pertinentes en el gobierno
federal a que tomen medidas para abordar la amenaza de la gripe aviar y
pandémica. Desde entonces, mi gobierno ha desarrollado una estrategia
nacional global, con medidas concretas que podemos tomar para prepararse
para una pandemia de influenza.
Hoy, estoy anunciando los elementos clave de esa estrategia. Nuestra
estrategia está concebida para cumplir con tres objetivos críticos: En
primer lugar, debemos detectar los brotes que puedan suceder en el mundo;
segundo, debemos proteger al pueblo estadounidense al almacenar vacunas y
medicamentos antivirales, y mejorar nuestra capacidad de producir nuevas
vacunas contra el brote de una pandemia rápidamente; y, en tercer lugar,
debemos estar listos para responder en el nivel federal, estatal y local en
caso de que una pandemia llegue a nuestras orillas.
Para cumplir con estos tres objetivos, nuestra estrategia requerirá los
esfuerzos combinados de los funcionarios del gobierno en la salud pública,
las comunidades médica, veterinaria y de la ley y el sector privado.
Requerirá de la participación activa del pueblo estadounidense. Y requerirá
de la atención inmediata del Congreso de los Estados Unidos para que
podamos tener los recursos en lugar para comenzar a implementar esta
estrategia inmediatamente.
La primera parte de nuestra estrategia es detectar los brotes antes de que
se propaguen por el mundo. En la lucha contra la gripe aviar y pandémica,
la detección oportuna es nuestra primera línea de defensa. Una pandemia es
muy parecida a un incendio forestal: si se detecta a tiempo, puede
extinguirse antes tras daños limitados; si se permite que arda sin ser
detectada, puede convertirse en un infierno que se disemina rápidamente más
allá de nuestra capacidad de controlarla. Por eso estamos dando pasos
inmediatos para garantizar que se advierta a tiempo sobre un brote de gripe
aviar o pandémica entre animales o humanos en cualquier parte del mundo.
En septiembre en las Naciones Unidas, anuncié una nueva Sociedad
Internacional sobre la Gripe Aviar y Pandémica, una red mundial de
vigilancia y preparación que nos ayudará a detectar y responder rápidamente
a cualquier brote de la enfermedad. La sociedad requiere que los países
participantes intercambien información inmediatamente y ofrezcan muestras a
la Organización Mundial de la Salud. Al requerir la transparencia, podemos
responder más rápidamente a los brotes peligrosos.
Desde que anunciamos esta iniciativa mundial, la respuesta en todo el mundo
ha sido muy positiva. Hasta ahora, 88 países y nueve organizaciones
internacionales se han unido al esfuerzo. Funcionarios de alto rango de los
gobiernos participantes se congregaron recientemente en la primera reunión
de la alianza aquí en Washington.
Juntos, nos esforzamos por controlar y mantenernos al tanto de la gripe
aviar en el Asia, y para garantizar que todas las naciones tengan en efecto
las estructuras para reconocer y reportar los brotes antes de que se
propaguen fuera del control humano. Hemos solicitado $251 millones del
Congreso para ayudar a nuestros aliados extranjeros para capacitar al
personal médico local, aumentar la vigilancia y probar la capacidad,
redactar los preparativos planeados y tomar otras medidas vitales para
detectar y restringir los brotes.
Una pandemia de gripe tendría consecuencias mundiales, por lo que ninguna
nación puede darse el lujo de ignorar esta amenaza, y cada nación tiene la
responsabilidad de detectar y detener su propagación.
Aquí en los Estados Unidos, estamos poniendo de nuestra parte. Para mejorar
la vigilancia nacional, mi gobierno está iniciando la National Bio-
surveillance Initiative. Este programa nos ayudará a detectar, cuantificar
y responder rápidamente a los brotes de la enfermedad entre las personas y
los animales, y diseminar información rápidamente entre los funcionarios
estatales, locales, nacionales e internacionales de la salud pública. Al
crear sistemas que generen conciencia circunstancial continua, es más
probable que detengamos, retardemos o limitemos la propagación de la
pandemia y salvemos vidas de estadounidenses.
La segunda parte de nuestra estrategia es proteger al pueblo estadounidense
al almacenar vacunas y medicamentos antivirales, y acelerar el desarrollo
de nueva tecnología de vacunas. Unos de los desafíos que presenta una
pandemia es que los científicos necesitan una muestra de la nueva cepa
antes de que puedan producir una vacuna contra ella. Esto significa que es
difícil producir una vacuna contra una pandemia antes de que la pandemia en
efecto se presente. Y, entonces, cabe la posibilidad de que no exista una
vacuna plenamente capaz de inmunizar a nuestros ciudadanos del nuevo virus
de influenza durante los meses iniciales de una pandemia.
Para ayudar a proteger a nuestros ciudadanos durante estos meses iniciales
cunado una vacuna plenamente efectiva no esté disponible, estamos tomando
medidas inmediatas. Los investigadores aquí en el NIH han desarrollado una
vacuna basada en la cepa actual del virus de la gripe aviar; la vacuna ya
es parte de ensayos clínicos. Y también le estoy pidiendo al Congreso que
asigne $1,200 millones para el Departamento de Salud y Servicios Humanos
para comprar suficientes dosis de esta vacuna de los fabricantes para
vacunar a 20 millones de personas.
Esta vacuna no sería perfectamente adecuada para una gripe pandémica porque
la cepa pandémica probablemente sería algo distinta al virus de la gripe
aviar del que se derivó. Pero una vacuna contra el virus actual de la gripe
aviar probablemente ofrecería cierta protección contra cualquier cepa
pandémica, y posiblemente salve muchas vidas en los meses iniciales
críticos de un brote.
También estamos aumentando las provisiones de medicamentos antivirales como
Tamiflu y Relenza. Los medicamentos antivirales no pueden evitar que la
gente contraiga la gripe. Puede. pero puede disminuir la severidad de la
enfermedad cuando se toma dentro de las 48 horas de enfermarse. Entonces,
además de las vacunas, que es la base de nuestra respuesta a la pandemia,
le estoy pidiendo al Congreso mil millones de dólares para poner en reserva
medicamentos antivirales adicionales, para que tengamos suficientes a la
mano para ayudar a tratar a los socorristas y aquéllos en el frente, como
también a las personas en mayor peligro en las etapas iniciales de una
pandemia.
Para proteger al mayor número posible de estadounidenses durante una
pandemia, la base de nuestra estrategia es desarrollar tecnología nueva que
nos permita producir vacunas nuevas rápidamente. Si una pandemia azota a
nuestro país. si una pandemia azota, nuestro país debe tener en efecto una
capacidad surge de aumento que nos permita producir una nueva vacuna
rápidamente y fabricar suficientes para inmunizar a cada estadounidense
contra la cepa de la pandemia.
Recientemente me reuní con líderes del sector de las vacunas. Me aseguraron
que trabajarán con el gobierno federal para ampliar el sector de vacunas,
para que nuestro país esté mejor preparado para cualquier pandemia. Hoy, el
NIH trabaja con los productores de vacunas para desarrollar células nuevas
de cultivo celular que nos ayudarán a proporcionar al pueblo estadounidense
una vacuna más rápidamente en caso de un brote. En este momento, la mayoría
de las vacunas aún se producen con tecnología de los años cincuenta usando
huevos de pollo que están infectados con el virus de la influenza y luego
usados para desarrollar y producir vacunas. En caso de una pandemia, este
proceso anticuado tardaría muchos, muchos meses en producir una vacuna, y
no nos permitiría producir suficientes vacunas para cada estadounidense a
tiempo.
Ya que vidas estadounidenses dependen de los avances rápidos en la
tecnología de producción de vacunas, debemos financiar un programa
acelerado para ayudar a nuestros mejores científicos a producir la próxima
generación de tecnología rápidamente. Le estoy pidiendo al Congreso $2,800
millones para acelerar el desarrollo de tecnología para el cultivo celular.
Al llevar la tecnología para el cultivo celular del laboratorio de
investigación a la cadena de producción, deberíamos poder producir
suficientes vacunas para cada estadounidense dentro de seis meses del
inicio de una pandemia.
También le he pedido al Congreso que elimine uno de los mayores obstáculos
para la producción nacional de la vacuna: la carga cada vez mayor de la
litigación. En las últimas tres décadas, el número de fabricantes de
vacunas en Estados Unidos ha disminuido drásticamente, ya que se le ha
exigido muchísimo al sector. Hoy, sólo existe un fabricante en los Estados
Unidos que puede producir la vacuna contra la influenza. Eso deja
vulnerable a nuestra nación en caso de una pandemia. Debemos aumentar el
número de fabricantes de vacunas en el país y mejorar nuestra capacidad
nacional de producción. Por lo tanto, el Congreso debe aprobar protecciones
contra la responsabilidad para los fabricantes de vacunas que salvan vidas.
Al hacer inversiones sensatas en tecnología y eliminar los obstáculos para
la producción de vacunas, vamos hacia un objetivo claro: en caso de una
pandemia, debemos tener suficientes vacunas para cada estadounidense.
La tercera parte de nuestra estrategia es garantizar que estemos listos
para responder al brote de una pandemia. Una pandemia es muy diferente a
las otras catástrofes naturales; los brotes pueden suceder simultáneamente
en cientos o incluso miles de lugares a la vez. Y a diferencia de las
tormentas o inundaciones, que azotan en un instante y luego se alejan, una
pandemia puede continuar propagando la destrucción en olas repetidas que
pueden durar un al año o más.
Para responder a una pandemia, debemos tener en vigor planes de emergencia
en todos los 50 estados y en cada comunidad. Debemos garantizar que todos
los niveles del gobierno estén preparados para actuar para contener un
brote. Debemos poder vacunar y proporcionar otro tipo de tratamiento a los
socorristas en el frente y a las poblaciones en peligro.
Por lo tanto, mi gobierno trabaja con los funcionarios de la salud pública
en la comunidad médica para desarrollar. para desarrollar planes eficaces
de emergencia en caso de una pandemia. Trabajamos en el nivel federal.
Buscamos maneras y opciones de coordinar nuestra respuesta con los líderes
estatales y locales. Le he pedido a Mike Leavitt.el secretario Leavitt. que
congregue a funcionarios estatales y locales de la salud pública de todo el
país para conversar sobre sus planes para una pandemia y para ayudar a
mejorar la planificación en las comunidades en caso de una pandemia. Le
estoy pidiendo al Congreso que proporcione $583 millones para los
preparativos en caso de pandemia, lo que incluye $100 millones para ayudar
a los estados a completar y practicar ahora sus planes para una pandemia,
antes de que surja una.
En caso de una pandemia de influenza, cada nación, cada estado en este
país, y cada comunidad en estos estados debe estar listo.
Para responder a una pandemia, necesitamos personal medical y provisiones
adecuadas de equipos. Con una pandemia, habría una escasez de todo, desde
jeringas hasta camas de hospital, inhaladores, máscaras y equipo protector.
Entonces, el gobierno federal está acumulando reservas de suministros
críticos en puntos en todo Estados Unidos como parte de una reserva
estratégica nacional. El Departamento de Salud y Servicios Humanos está
ayudando a los estados a elaborar listas de personal médico que est
dispuesto a aliviar el déficit durante una pandemia. Cada departamento
federal involucrado en el cuidado de la salud está ampliando sus planes
para garantizar que todas las instalaciones, personal y servicios de
respuesta federales estén disponibles para apoyar a las comunidades locales
en caso de una crisis pandémica.
Para responder a una pandemia, los estadounidenses deben contar con
información para protegerse a sí mismos y a los demás. En una pandemia, una
infección portada por una persona puede ser transmitida a muchas otras
personas, y entonces, cada estadounidense debe aceptar la responsabilidad
personal de detener la propagación del virus. Para proporcionar a los
estadounidenses más información sobre las pandemias, estamos lanzando un
nuevo sitio web, pandemicflu.gov. Eso debe de ser fácil de recordar para la
gente: pandemicflu.gov. El sitio de Internet mantendrá informados a
nuestros ciudadanos acerca de los preparativos que se están haciendo las
medidas que se están tomando ahora para prepararnos para una pandemia, y lo
que cada estadounidense puede hacer para reducir el riesgo que corre de
contraer y propagar la enfermedad en caso de un brote.
Para responder a una pandemia, los miembros de la comunidad internacional
continuarán colaborando. Una pandemia de influenza sería un suceso con
consecuencias mundiales, y por lo tanto continuamos reuniéndonos para
desarrollar una respuesta mundial. Hemos convocado a las naciones en el
pasado y continuaremos congregando a las naciones para que trabajen con los
expertos en la salud pública para coordinar mejor nuestros esfuerzos para
lidiar con una catástrofe.
Ahora, todos los pasos que he descrito hoy requerirán recursos inmediatos.
Ya que una pandemia puede suceder en cualquier momento, no podemos perder
el tiempo antes de prepararnos. Entonces, para cumplir con todos nuestros
objetivos, estoy solicitándole al Congreso de los Estados Unidos fondos de
emergencia por un total de $7,100 millones. Al hacer inversiones críticas
ahora, mejoraremos nuestra capacidad de proteger al pueblo estadounidense
en el terrible caso de una pandemia mundial devastadora, y a la vez haremos
que la infraestructura médica y de la salud pública de nuestra nación sea
más adecuada en el siglo XXI.
Los pasos que he destrito también ayudarán a nuestra nación de otras
maneras críticas. Al perfeccionar ahora la tecnología celular, podremos
producir vacunas para una gran variedad de enfermedades y salvar vidas
innumerables. Al mejorar nuestro sector nacional de vacunas, podemos ayudar
a garantizar que nuestra nación nunca vuelva a tener una escasez de vacunas
para la gripe estacional. estacional. Y al poner en vigor y en práctica
planes de emergencia en caso de pandemias en todo el país, podemos ayudar a
nuestra nación a prepararse para otros peligros, como un atentado
terrorista en el que se utilicen armas químicas o biológicas.
Los líderes de todos los niveles del gobierno tienen la responsabilidad de
hacerles frente a los peligros antes de que se presenten, y hacer que el
pueblo estadounidense ayude a determinar el mejor curso de acción. Es vital
que nuestra nación trate y aborde la amenaza de la gripe pandémica ahora.
No hay una pandemia de gripe en nuestro país ni en el mundo en este
momento. pero si esperamos a que aparezca una pandemia, será demasiado
tarde para prepararnos, y algún día, se perderían muchas vidas
innecesariamente porque dejamos de actuar ahora.
Al prepararnos ahora, podemos dar a nuestros ciudadanos un poco de
tranquilidad al saber que nuestra nación está preparada a actuar ante la
primera señal de peligro, y que tenemos planes en vigor para evitar y, si
es necesario, sobrellevar una pandemia de influenza.
Gracias por asistir hoy para permítanme describir mi estrategia. Le
agradezco al Congreso de los Estados Unidos por considerar esta medida. Que
Dios los bendiga a todos. (Aplausos.)
END 10:30 A.M. EST
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