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Gustavo Hasbún

Alcalde de Estación Central: “Soy Bacheletista-Aliancista cien por ciento”
Gustavo Hasbún
El edil de la UDI, quien se sumó a la nueva tendencia política impuesta por Joaquín Lavín, considera a la Alianza como una agrupación “destructiva” y habla de inmadurez en su colectividad. Además, reconoce que le seduce la alcaldía de Santiago. (TERRA.cl)

Por Ramón Vásquez

SANTIAGO, octubre 14.- A días de que Joaquín Lavín remeciera al mundo político al autodefinirse como “Bacheletista-Aliancista”, un nuevo integrante de la UDI se sumó a esta nueva corriente inaugurada por el ex candidato presidencial.

Se trata del alcalde de Estación Central, Gustavo Hasbún, quien se tomó en serio los comentarios del ex abanderado de la derecha y, al igual que Pablo Longueira, reconoce sin problemas que se suma a esta corriente que busca trabajar por el bien de Chile sin importar los colores políticos.

En entrevista con Terra.cl, el edil consideró que sería muy positivo que Lavín pudiera integrar alguna cartera en un gabinete de la Presidenta Michelle Bachelet, hecho que, a su juicio, marcaría un antes y un después en la política chilena.

También criticó a su colectividad, señalando que en el último tiempo la Alianza ha sido más “destructiva” que “propositiva” y que por eso no le extraña que las personas no aprueben a su agrupación en las encuestas.

En el ámbito municipal, Hasbún se refirió al escenario que vislumbra en las elecciones de 2008 y analizó sus opciones en una eventual candidatura a la alcaldía de Santiago.

-¿Qué le pareció la autodefinición política de Joaquín Lavín: “Bacheletista-Aliancista”?
- Lavín tiene todo el derecho a decir lo que quiera y nadie puede cuestionarlo. Él está pensando en el bien de Chile, no en la importancia de un partido político, aquellos que piensan que la política está por sobre el nivel colectivo de un país, están equivocados. Creo que él representa el sentir de mucha gente que estima que hay que sacar adelante al país sin importar el color político.

-¿Entonces, usted también se autodefine como un “Bacheletista-Aliancista”?
- Absolutamente. Cien por ciento. Y no sólo me siento identificado, sino también creo que representamos a la gran mayoría de los chilenos, la gente que quiere dejar que se posterguen los problemas sociales en pro del beneficio de los partidos.

-¿Eso quiere decir que aprueba la gestión de la Presidenta Bachelet?
- Tampoco dudo de la Presidenta. Ella tiene vocación de servicio, el problema es que no ha elegido bien a la gente.

-Da la impresión que la Concertación sólo está preocupada de llegar bien al cuarto año de Gobierno y la Alianza de alcanzar el poder.
- Me extraña que la Alianza no entienda que hoy día no tenemos votos porque no representamos el sentir de las personas. La Alianza parece una agrupación destructiva y no prepositiva. Mientras, la Concertación parece estar tratando de cuidar la bolsa de trabajo que le genera estar en el Gobierno y el beneficio económico. Ninguno está representando el sentir de la gente y eso es grave, porque nace el populismo y todo se desestabiliza. Debemos aprender del pasado.

¿Cómo solucionaría este problema en la Alianza?
- Hay que trabajar duro y en pos de la gente, y creo que Lavín ha dado señales claras en este sentido. O enmendamos el rumbo, o no seguimos siendo Oposición.

-¿Lavín debería aceptar una cartera en el gabinete si la Presidenta se lo ofreciera?
- Está en todo su derecho y marcaría un antes y un después de la política chilena. Sería una actitud o demostración de una madurez política tremenda y los partidos políticos tendrían que hacer un mea culpa. Chile necesita a la mejor gente y no cuoteos políticos

-No es lo mismo que piensa el presidente de RN, Carlos Larraín
- Cada uno tiene derecho a opinar lo que estime conveniente. Sin embargo, eso habla de inmadurez política y falta de compromiso social. Por lo tanto, a mi no me parece que él vea peligrar a la Alianza por los dichos de Lavín.

¿Por qué considera que a Sebastián Pieñera le falta ser más humanista?
- Fue porque su discurso de hace unas semanas en la Fundación Chile Justo, comparándolo con el de Lavín, fue muy poco humanista y más precupado de los números. Es una critica constructiva. A las personas hay que tratarlas por lo que son, no en cifras.

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